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sábado, 25 de abril de 2015

Pago de los Capellanes - Crianza 2010

En esta ocasión tenemos uno de los vinos reconocidos de la D.O. Ribera del Duero: Pago de los Capellanes, Crianza de la calificada como "Excelente" añada de 2.010. Elaborado por Pago de los Capellanes, S.A. (Bodegas Rodero Villa), en la localidad de Pedrosa de Duero, provincia de Burgos, pero cerca del "Triángulo de Oro" de la D.O., ya que está solo 22 km al Norte de Peñafiel.

El origen de los viñedos de la empresa se remonta al S. XIV, cuando los capellanes de la Parroquia de Pedrosa de Duero ofrecían misas y ceremonias a cambio de pequeñas parcelas de terreno a los feligreses de la zona. Con el tiempo, la capellanía consiguió reunir un extenso terreno o pago. Con la desamortización de 1.855, los terrenos pasaron a manos del Ayuntamiento. En los años 90 la pareja formada por Paco Rodero y Conchi Villa fundaron, en estas antiguas tierras que habían adquirido anteriormente. En 2.010 finalizaron la construcción de las instalaciones de esta bodega, con la inauguración del Edificio Social, tras diferentes adiciones y ampliaciones en años anteriores en lo que se refiere a las bodegas de elaboración y crianza.

Los viñedos de la Bodega producen todos la variedad Tempranillo o Tinto Fino, mejorando año tras año la calidad de las cepas con la renovación de las mismas con los mejores clones. El rendimiento medio de las 35 parcelas es de 5.000 kg/ha.


Fuente: www.evadium.com

Bodegas Rodero Villa ofrece el Pago de los Capellanes en versiones Roble, Crianza, Reserva, Nogal y Picón (estos dos últimos provenientes de las especiales fincas bautizadas con esos nombres).


Fuente: www.evadium.com

El Crianza al que se refiere esta entrada, se realiza con uvas seleccionadas y se realiza la fermentación en cubas de acero inxoxidable que han sido "sembradas" con la levadura autóctona. Durante 30 días se realizan remontes y bazuqueos diarios controlando la densidad, temperatura y evolución de las levaduras. La fermentación maloláctica se realiza durante 22 días a temperatura controlada de 20 ºC con control continuo de los ácidos málico y láctico. Cuando este último llega a una concentración de 0,1 g/l se trasiega el vino a las barricas nuevas o seminuevas de roble francés (de entre 1 y 3 años) de tostado medio sin enfriar, clarificar o filtrar. En las barricas permanece el vino durante un período de 12 meses, desde donde se trasvasa al final del ciclo a un depósito para homogeneizar, donde se realiza un filtrado leve de poro abierto antes de pasar a las botellas, donde reposa hasta cumplir el ciclo total de al menos 24 meses de crianza que exige la Reglamentación de la D.O.

Embotellado en una botella bordelesa sólida y pesada de color caramelo oscuro personalizada en relieve con el nombre de la bodega, el etiquetado del vino es de los que a mi me gustan, todo sencillez y elegancia.

La blanca y rectangular etiqueta principal contiene, en primer plano el logo de la Bodega en rojo y el nombre en negro, y debajo la mención a la Denominación de Origen, seguido del tipo de vino y en el centro la añada en rojo y por último, abajo, el nombre de la localidad donde se elabora el vino. Toda una declaración de intenciones de apego a la tierra y a la zona vitivinícola.

La parte superior de la etiqueta trasera es una copia reducida de la etiqueta frontal, seguida por abajo de la información sobre la uva, el viñedo, el proceso de crianza y la temperatura de servicio recomendada, para terminar con los datos de la bodega y los contenidos de alcohol del 13,5% y del volumen de la botella de 75 cl.

Una presentación magnífica y acorde con la calidad del vino que contiene.

En los consejos de servicio de la etiqueta trasera recomienda decantar el vino durante 1 hora antes de servirlo. Yo seguí el consejo y lo decanté, aunque empecé a beberlo aproximadamente a los 25 minutos, para observar su evolución hasta el tiempo sugerido.

Visualmente, el Pago de los Capellanes Crianza de 2.010 nos muestra un color granate con reflejos marronáceos, y un ribete que tendía a color salmón, una superficie brillante y, desde el primer momento, posos que muestran la escasa filtración que indica la bodega y que no genera rechazo, más bien profundiza en la impresión de que estamos ante un producto de calidad que ha tratado de ser elaborado con la mínima intervención posible.

La agitación de la copa produce una aparición de lágrimas profusas con caída a velocidad normal.

A partir de una intensidad media-baja a copa parada (más bien a decantador parado), despliega inmediatamente después de servir en copa y agitarla un muy agradable y complejo aroma con frutos negros muy maduros y dulces en primer plano, seguido secundarios de panificación dulce tipo brioche, un toque de especias dulces (con el regaliz como protagonista), un cacao y recuerdos minerales que te transportan al terreno en que crecen sus uvas. El postgusto es ligeramente licoroso, con un fondo muy sutil de madera muy bien integrada en la estructura olfativa del vino.

En boca, produce una activación muy homogénea de las papilas gustativas y el paladar. Es un vino con cuerpo y volumen, con taninos sedosos, dulces y maduros. En mi opinión es muy redondo. Su acidez muy bien controlada, muy agradable, longitud muy buena, y un amargor muy matizado y agradable que incrementa su permanencia. En suma, un vino corpulento, carnoso, al tiempo que elegante, amable y agradablemente permanente.

Imagino una combinación magnífica con cordero, y especialmente con carne de vacuno tierna y poco hecha. Su combinación con chocolate negro en la sobremesa resultó muy recomendable también.

En mi opinión, vale cada céntimo de los entre 18 y 20 € que cuesta una botella.

Mi nota es de 8/10. Uno de los vinos obligatorios de la Ribera del Duero.

sábado, 18 de abril de 2015

Juan Gil - Cepas Viejas 2013

Hoy tengo el placer de inaugurar el casillero del blog en lo que respecta a la D.O.P. Jumilla con un excelente vino tinto de una variedad de uva también inédita hasta ahora en el blog. Se trata del Juan Gil, Cepas Viejas de la añada de 2.011, elaborado con la variedad Monastrell.

El vino es elaborado por Bodegas Familiares Juan Gil en la localidad de Jumilla, a unos 80 km al noroeste de la Capital de la Provincia, y a unos 90 km al oeste de la ciudad de Alicante.

Como hacemos tradicionalmente con las D.O. que iniciamos en el blog, hablemos un poco de la D.O.P. Jumilla.

Como en otras regiones vinícolas españolas, los orígenes de esta actividad se remontan a la Hispania Romana. Igualmente, como en otras regiones, la llegada de la filoxera a Francia desata la vitivinicultura como actividad económica significativa en la región jumillana, con ingentes compras de mostos elaborados en la zona. Es la de Jumilla una de las D.O. más antiguas, con reglamentación desde 1.966. Actualmente posee una superficie de viñedo de más de 30.000 ha, siendo la variedad Monastrell la más cultivada con un 80% de la superficie. Actualmente más de 40 bodegas se encuentran adscritas a esta D.O.P.

El Consejo Regulador de la D.O.P. Jumilla, en su pliego de condiciones, establece como variedades autorizadas las siguientes:

- Blancas: Airén, Macabeo, Pedro Ximénez, Malvasía, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Moscatel de Grano Menudo y Verdejo.

- Tintas: Monastrell (variedad principal de la D.O.P.), Garnacha Tintorera, Cencibel, Cabernet Sauvignon, Garnacha, Merlot, Syrah y Petit Verdot.

Los tipos de vino cubiertos por la D.O.P. son: Jumilla Monastrell (al menos 85% de su composición basada en la variedad principal) tinto o rosado; Jumilla tinto, rosado o blanco; Jumilla Dulce tinto, rosado o blanco y Vino de Licor.

Se establecen los tipos de vinos y sus características químicas permitidas en lo referente a acidez y contenido en alcohol, así como las características organolépticas (fase visual, olfativa y gustativa) de los diferentes tipos de vinos antes mencionados.

Se especifican unos rendimientos máximos por hectárea de 4.000 kg para las variedades tintas y 4.500 kg para las blancas, si el régimen de cultivo es extensivo (aquellas plantaciones que no buscan maximizar la productividad con productos químicos, riego o drenajes), y de 7.000 para todas las variedades en régimen de cultivo intensivo. La densidad de de plantación se limita a entre 1.100 y 1.900 cepas/ha en régimen extensivo y entre 1.500 y 3.350 cepas/ha en régimen intensivo. En volumen, no se permite en general un rendimiento de más de 70 l por cada 100 kg de uva.

Se establecen También se limita el uso de ciertas prácticas o máquinas que permitan aumentar la producción de mostos en detrimento de la calidad de los mismos tales como prensas continuas o centrifugadoras de alta velocidad, así como el calentamiento de los mostos para forzar la extracción de material colorante.






Fuente: www.vinosdejumilla.org

Bodegas Juan Gil fue fundada en 1.916 por D. Juan Gil Giménez y continuada por su hijo D. Juan Gil Guerrero y posteriormente por su nieto D. Juan Gil González. Siendo actualmente la cuarta generación de la familia Gil Vera los que están a cargo de la Bodega.

La empresa se ha expandido a otras D.O., siendo propietarios actualmente de Bodegas Lagar da Condesa y Orowines en la D.O. Rías Baixas, Tridente (V.T. Castilla y León), Shaya en la D.O. Rueda, Ateca en la D.O. Calatayud, Can Blau (D.O. Montsant), Atalaya en la D.O. Almansa y El Nido en la D.O. Jumilla.

En Jumilla, poseen viñedos situados entre los 700 y 850 m de altitud, principalmente de Monastrell, aunque también poseen otras variedades como Syrah, Cabernet Sauvignon, Merlot y Petit Verdot. Bajo la dirección técnica de D. Bartolomé Abellán, producen aquí vinos bajo las marcas Juan Gil Moscatel Seco, Honorio Vera Monastrell, Honorio Vera Organic, Juan Gil 4 meses (en barrica), Juan Gil 12 meses, Juan Gil 18 meses.

Otras marcas del grupo en las diferentes bodegas y D.O. son: Lagar Da Condesa, Comoloco, Kentia, Entresuelos, Tridente, Rejón, Blau, Can Blau y Mas de Can Blau, Honorio Vera, Attaca , Atteca Armas, Laya, La Atalaya, Alaya, Arindo, Shaya, Shaya Habis, Clio, Corteo y El Nido. Este último obtuvo 98 y 99 puntos de Parker en sus añadas de 2.008 y 2.007, respectivamente.

En lo que respecta a la variedad Monastrell, podemos decir que es la tercera variedad con mayor implantación en España después de la Garnacha y la Tempranillo, especialmente en las D.O. cercanas al Mar Mediterráneo. Está bastante extendida por el mundo, donde se la conoce con su nombre francés Mourvèdre, y también en América como Mataro. Sus plantaciones más extendidas se encuentran hoy en día en California y Australia.

Produce vinos con alto contenido en alcohol y taninos, con aromas muy frutales, con toques de zarzamora y de arbustos silvestres.

El Juan Gil Cepas Viejas de 2.013 es un vino exclusivamente elaborado para el Club Vinoselección a partir de los frutos de viñas con edades que oscilan entre los 30 y los 50 años, con unos bajos rendimientos por que no superan los 2.500 kg/ha. tiene una crianza de 9 meses en barrica de roble francés.

Para su comercialización, se usa una botella bordelesa Imperiale de color caramelo oscuro, con una etiqueta negra con jaspeados como de tierra, que contiene en color plata la representación de una vid, con el tipo de vino especificado en la parte superior izquierda y el nombre de la bodega autografiado en la zona inferior derecha.

La contraetiqueta nos informa en la parte superior del tipo de crianza, y a continuación nos ofrece una nota de cata y maridaje sugerido, en mi opinión bastante acertada y fiel al vino que nos ocupa.


Termina en la parte inferior con los datos contenido de 75 cl de la botella y el de alcohol del vino dl 14%, así como los datos de contacto de la Bodega y la mención a la D.O.P. Jumilla a la que pertenece.

Visualmente, se trata de un vino de capa media-alta, de profundo color picota madura con reflejos brillantes y de superficie límpida, con ribete que tiende a granate y un degradado final color rosado. La agitación de la copa deja multitud de lágrimas de caída a media velocidad, como corresponde a su graduación alcohólica.

En nariz, me pareció un vino notablemente fragante a copa quieta. Al agitar la copa, nos ofrece un fragante aroma frutal, que en mi opinión es cercano al de otra variedad mediterránea como es la Bobal. La presencia de frutos muy maduros, incluso en forma de compota o mermelada está perfectamente integrada con los toques de madera fina que la crianza en roble francés le aporta. Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue una componente floral, yo diría que como de azahar, que desde el fondo de la inhalación va tomando cuerpo conforme se abre el vino, hasta hacerse dominante sobre los otros aromas. Entremezclados aparecen ciertos toques de especias dulces, diría que regaliz y, quizá, vainilla que lo dotan de una agradable complejidad.

En boca, encontramos un vino con un ataque muy bien proporcionado en lengua y paladar, con un pequeño predominio de la zona de los dulces, y unos taninos dulces y sedosos que hacen muy agradable su paso. Posee un cuerpo medio y una acidez muy controlada lo hacen fresco, y un ligero amargor le da la longitud suficiente. La permanencia, sin ser muy larga, tampoco es desdeñable.

En retrogusto la fruta madura toma protagonismo especial, mientras que persiste el toque floral, quizá un poco menos presente que en nariz, pero igualmente notable.

De los vinos de Monastrell que he probado, diría que por ahora este es el que me ha dejado una sensación y recuerdos más agradables.

Su precio ronda los 7 € en Vino selección, y su versión equivalente del crianza de 12 meses alrededor de los 12 € en la tienda online de la Bodega. Me parecen precios perfectamente ajustados al producto que se nos ofrece.

Le doy una muy buena nota de 7,5/10, y quedo con ganas de probar otras añadas y tipos de vino de esta bodega, que tendré presente en el futuro.

sábado, 11 de abril de 2015

Marqués de Cáceres - Reserva 2010 Edición Especial

Hoy tenemos un clásico de la D.O.Ca. Rioja: El Marqués de Cáceres Reserva de la añada de 2.010, una Edición Especial elaborada para el Club Vinoselección, por lo que está etiquetada de una forma diferente a la tradicional de los Reserva de esta marca.

Con este vino completamos la trilogía de los "Grandes Marqueses" de la Rioja en el blog, junto con el Marqués de Riscal y el Marqués de Murrieta que ya vimos anteriormente, habiendo aprovechado en el Marqués de Riscal a darnos un breve paseo por la D.O.Ca. Rioja y la Reglamentación de su Consejo Regulador.

La Bodega Marqués de Cáceres fue fundada en 1.970 por Enrique Forner, procedente de una familia de comerciantes de vinos desde varias generaciones (Vinícola Forner), de la mano del famoso enólogo Emile Peynaud, en Cenicero, 20 km al oeste de Logroño. 40 años más tarde es su hija Cristina la que dirige la bodega con el asesoramiento técnico de otro célebre enólogo francés, Michelle Roland, y ha internacionalizado los vinos de la bodega hasta tener presencia en más de 130 países, a los que exporta más del 50% de su producción. Hoy en día es considerada una de las 50 marcas de vino más admiradas del mundo según Drinks International.


Fuente: www.marquesdecaceres.com


Fuente: www.viajerosdelvino.com

Los vinos de la bodega se elaboran con uvas procedentes de viticultores de la Rioja Alta y Rioja Alavesa, de viñedos controlados con los medios técnicos de la bodega. Las variedades principales son el Tempranillo para los tintos y la Viura para los blancos. Las marcas que elabora y comercializa la bodega son: los vinos "exclusivos" MC y Gaudium, las diferentes modalidades del Marqués de Cáceres (Crianza, Reserva, Gran Reserva, Especial Reserva, el Ecológico Bio, el Blanco de Viura y el de Verdejo y el Rosado), los blancos Satinela (semidulce de Viura y Malvasía) , Antea (Viura) y Deusa Nai (Albariño), los Garnachas y Sauvignon Blanc Excellens (Blanc, Rosé y Cuveé).

El proceso de elaboración de los tintos de la bodega se inicia con una rigurosa selección de los mejores racimos y el despalillado posterior, pasando a una fermentación a temperatura controlada (30 ºC para los mostos de los vinos de guarda y 25 ºC para los más jóvenes) en depósitos de acero inoxidable. El envejecimiento de los vinos se realiza en barricas de 225 l de roble francés (60%) y de roble americano (40%) con diferentes tostados según el vino del que se trate. Cada 6 meses se prueban y retiran las barricas cuya evolución no consiga los estándares de calidad de la bodega, y se trasiegan los vinos a otras barricas para ir separando los residuos sólidos de la transformación del vino. El tiempo de estancia en barrica de los Reserva es de 24 meses, completados con un tiempo indeterminado en botella, que según las normas del Consejo Regulador no deben ser menores a 12 meses para completar el ciclo de 36 meses requeridos.

El Marqués de Cáceres, Reserva, se elabora con un 85% de uvas de la variedad Tempranillo, de una añada calificada como "Excelente" por el Consejo Regulador, siendo el resto de Graciano y Garnacha Tinta, uno de los coupages característicos de La Rioja.

El vino se nos presenta en una botella bordelesa tradicional de color caramelo oscuro, con una etiqueta principal roja con una banda dorada en la zona superior que muestra el tipo de vino, seguida en el centro de la zona roja por la marca y la añada en letras doradas, así como el escudo de la bodega. Abajo de la marca se especifica la D.O. y por último la indicación de Edición Especial, también en letras doradas. Una etiqueta muy de bebida alcohólica, clásica y elegante.

La etiqueta trasera muestra de nuevo la marca e incluye un párrafo explicativo de la procedencia de esta Edición Especial, con una breve nota de cata, maridaje y temperatura de servicio recomendada en una etiqueta cuadrada roja con letras doradas bordeada por un recuadro dorado. Más abajo los tradicionales datos de la bodega y los contenidos de la botella en volumen de 75 cl y de alcohol el vino del 13,5%.

A la vista, nos encontramos con un vino de color rojo rubí brillante y libre de impurezas, con un ribete en degradación hacia color teja. Múltiples lágrimas aparecen al agitar la copa con una velocidad de caída media a rápida en los bordes de la copa.

En nariz, presenta una intensidad aromática media a copa parada. Al agitar la copa, en primer lugar ofrece notas en las que predominan los frutos negros maduros, con un cierto toque que me pareció de higo dulce. A continuación hacen su aparición maderas tostadas muy afinadas que envuelven de una forma bastante elegante las notas frutales, así como una pequeña componente de especias dulces muy sutiles. Me pareció un aroma muy identificable con la zona de la que procede, nada sorprendente, pero en línea de los vinos de calidad de esta D.O.

En boca, nos presenta un comportamiento muy homogéneo en lengua y paladar, con unos taninos dulces y bien redondeados, con una densidad que le aporta volumen y untuosidad al paso. La acidez está muy bien controlada y, sin llegar a ser muy fresco, tampoco podría considerarlo un vino "caliente". Longitud suficiente y permanencia aceptable. 

En retronasal los finos tostados nos indican el camino de vuelta hacia la fruta que en nariz aparecía en primer plano.

En suma, un Rioja de calidad, a un precio bastante aceptable de entre 8 y 10 €. Es un vino que puede combinar bien con un amplio abanico de carnes y platos de cuchara, así como tapas, embutidos y quesos.

Le doy un 7/10, ya que es un vino que, si bien no te va a sorprender de una manera especial, tampoco te va a fallar cuando quieras echar mano de él para comidas o cenas con amigos, así para utilizarlo como ejemplo de los buenos y asequibles vinos de Rioja si quieres mostrarlos a algún amigo extranjero.


lunes, 6 de abril de 2015

Portia - Vendimia Seleccionada 2011

Hoy tenemos un vino tinto de la D.O. Ribera del Duero: Portia Vendimia Selecccionada de la añada de 2.011, calificada como excelente por el Consejo Regulador de la D.O. junto con las dos anteriores de ese "trienio mágico" de la Ribera que comenzó en 2.009.

Este vino es elaborado en Gumiel de Izán, provincia de Burgos, por Bodegas Portia, S.L. Esta localida está 13 km al norte de la conocida Aranda de Duero, por lo tanto, en la zona norte de la D.O.

La D.O. Ribera del Duero ya la cubrimos en la entrada del Pruno.

Bodegas Portia pertenece al conocido Grupo Faustino, originario de La Rioja desde 1.861, y que a lo largo de los años fue expandiéndose a Navarra (Bodegas Valcarlos), La Mancha (Bodegas Leganza) y Ribera de Duero (Bodegas Portia). En La Rioja posee Bodegas Faustino, Bodegas Campillo y Bodegas Marqués de Vitoria, así como una elaboradora de vinos de mesa, Bodegas Victorianas.

La familia Faustino comenzó su andadura en la Ribera del Duero con la adquisición de tierras hasta las actuales 160 ha en las zonas de Roa, Gumiel de Izán, Villanueva y Gumiel de Mercado y la plantación de viñedos d ela variedad Tempranillo, dando como resultado inicial el Portia 2.003, que ganó la Medalla de Oro al "Mejor Tempranillo del Mundo". Cuenta la bodega con unas impresionantes instalaciones de 12.500 m2 diseñadas por el prestigioso arquitecto Norman Foster en base a hormigón, acero, madera y vidrio, con tres brazos que corresponden a cada uno de los procesos: elaboración, fermentación y crianza, y un núcleo central donde se reciben las uvas recolectadas, y que actúa también como centro de coordinación, auditorio, tienda, cafetería, sala de reuniones y sala de cata.


Fuente: www.vinetur.com

Las marcas que elabora y comercializa la bodega son: Portia Ebeia Roble (4 meses en barrica), Portia Crianza (10 meses en barrica), Portia Prima (16 meses en barrica) y Triennia (12 + 2 meses en barricas de roble francés nuevas).

El vino que hoy nos ocupa es una edición especial de lo que sería el Portia Crianza, con el que comparte etiquetado. Su proceso de elaboración incluye una crianza de 10 meses en barricas de roble francés y americano y 6 meses en botella antes de su comercialización. Sobre el resto del proceso no he podido encontrar demasiada información, y en la web no pude acceder a la Hoja de Datos del vino, ya que sale como que no existe el documento. Por lo tanto, pasaré directamente al análisis del vino.


El producto viene en una botella bordelesa de color verde oscuro, con dos llamativas etiquetas frontales de color amarillo, la más grande con el símbolo de la bodega, una especie de círculo troquelado bordeado en color plata, seguido por el nombre del vino/bodega y la mención al tipo y añada en caracteres rojos. A continuación la D.O. Ribera de Duero en la parte baja de dicha etiqueta. Debajo de la primera etiqueta se encuentra una segunda, más pequeña, que muestra una pequeña prosa relacionada con la consumición del vino.

La etiqueta trasera muestra de nuevo el nombre de la bodega y la D.O., seguida de una pequeña nota de cata en dos párrafos y los datos de la bodega, así como la indicación de volúmenes de alcohol del 14,5% y el de 75 cl de la botella.

En suma, una botella diseñada para llamar la atención en el lineal de un supermercado o tienda especializada.

Visualmente, el Portia nos muestra un color picota profundo, de capa muy alta, de superficie muy brillante y límpida, con un ribete violáceo, características que corresponden a un vino joven de la Ribera del Duero. Al agitar la copa produce infinidad de lágrimas muy finas, que bajan a una velocidad media por las paredes de la copa.

En nariz lo considero un vino de intensidad media-alta a copa parada, y despliega al agitar la copa un primer aroma muy claro a frutos rojos con notas muy claras de frutos negros (arándanos quizá) muy maduros. Diversas notas especiadas y un toque de regaliz redondean un complejo aroma en el que me gustaría destacar que, a nivel de sensaciones, te lleva a imaginar la tierra en la que han crecido sus uvas, en mi opinión dado por una componente mineral que flota alrededor de los aromas antes mencionados. Un fino toque de ebanistería que aparece sobre todo en retronasal completa un bouquet complejo y atractivo. Diría que lo mejor de este vino se encuentra especialmente en su fase olfativa.

En boca, produce un ataque muy equilibrado en lengua y paladar, con acidez bastante bien controlada que lo hacen fresco, y cuenta al mismo tiempo con un cuerpo notable. Diría que está en consonancia con los vinos de la zona norte de la Ribera del Duero tal y como los tengo catalogados en mi "memoria viníca". Los taninos, sin embargo, me parecieron un poco demasiado rugosos, con una astringencia y amargor elevados que, si bien no son notables cuando lo combinas con alguna comida contundente, son demasiado agresivos en combinación con tapas frías como por ejemplo jamón o queso manchego.

Lo probamos con un delicioso entrecot de ternera con un resultado bastante bueno.

El precio de alrededor de 8 € me parece adecuado para el producto, que tiene un diseño moderno acorde con la imagen de su bodega.

Le doy una calificación de 6,5/10, considero que tiene un amplio margen de mejora que una bodega profesional como Portia sabrá aprovechar en futuras añadas.