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domingo, 27 de septiembre de 2015

Gaba do Xil - Mencía 2012

Hoy tenemos un vino procedente de la D.O. Valdeorras, el Gaba do Xil, varietal de Mencía de la añada de 2.012. Este vino ha sido elaborado por Bodegas Telmo Rodríguez, en la localidad de Larouco, en la Provincia de Orense, a 100 km al este de la capital de la Provincia y a unos 20 km al suroeste de la localidad principal de la comarca: O Barco de Valdeorras.

Hablábamos brevemente sobre la D.O. Valdeorras en la entrada del Pagos del Galir, sobre la cual querría hoy incorporar una breve reseña histórica, que no hice al inaugurar el casillero de esta D.O. con el vino anteriormente mencionado.

Se estima que la viticultura fue introducida en esta región por los romanos, aunque la primera época de esplendor de la viticultura se produjo después de la reconquista y la primera referencia escrita al cultivo de la vid data del año 940 d.C. Posteriormente, en el S.XVII , la construcción del Monasterio de Nuestra Señora de As Ermidas, referente espiritual de la zona y cuya economía se basaba en el cultivo de la vid, con más de 200 terrenos dedicados a este menester, marca otro hito histórico de los vinos de la región. La llegada del ferrocarril en 1.883 incorpora el impulso mercantil favorable a la industria vitivinícola de la zona, aunque la epidemia de filoxera que había empezado en 1.892, y que destruyó más de 1.000 ha de viñedos en Valdeorras en los siguientes años, había supuesto un duro revés para el desarrollo de estas actividades. Sin embargo, cabe destacar que fue un valdeorrés, José Núñez, el que descubrió el antídoto a esta plaga, consistente en el suso de raíces procedentes de América, inmunes al insecto, injertadas con las cepas europeas. En el S.XX, a pesar de las dificultades planteadas por los diferentes conflictos y cambios económicos en la zona, se consiguió la D.O. en 1.945.

Fuente: www.gastrodeliaevents.blogspot.com

Hoy en día son más de 40 bodegas y 1.300 ha de viñedos con más de 1.600 viticultores adscritos a esta D.O.

En lo que se refiere a la bodega que elabora este vino, podemos decir que la Compañía de Vinos Telmo Rodríguez se dedica fundamentalmente a la elaboración de vinos en diferentes Denominaciones de Origen y regiones españolas, siempre buscando la recuperación de terrenos olvidados, y la obtención de buena materia prima en colaboración con los viticultores de cada zona.


Desde sus comienzos en 1.994, con la Compañía de Vinos de La Granja, con un vino denominado Alma, Telmo Rodríguez y Pablo Egutkiza han seguido trabajando hasta conseguir un buen catálogo de productos:

- Rioja: Altos de Lanzaga, Lanzaga, LZ, Corriente y Las Beatas

- Ribera del Duero: Matallana, M2 y Gazur

- Toro: Pago La Jara, Gago y Dehesa Gago

- Valdeorras: Gaba do Xil, en sus variantes de Mencía y de Godello, As Caborcas y Branco de Santa Cruz.

- Cigales: viña 105

- Rueda: Basa y El Transistor

- Cebreros: Pegaso Pizarra y Pegaso Granito

- Alicante: Al Muvedre

- Málaga: Molino Real, MR, Old Mountain y Mountain Blanco

El vino que hoy nos ocupa es un vino joven, 100% de Mencía, en una añada calificada como Muy Buena, con fermentación en cubas de acero inoxidable, sin crianza en barricas de roble, en base a uvas procedentes de viñas con conducción en espaldera (80%) y en vaso (20%), con selección manual en campo, procedentes de suelos básicamente graníticos con poca retención de agua.

Se presenta en una botella borgoñesa de color verde oscuro, y una sencilla etiqueta blanca, bastante ancha, con esquemas de diferentes tipos de puentes en la parte superior, la marca del vino en el centro con la palabra Gaba en rojo y el resto en negro (no he podido determinar lo que significa "gaba"), la variedad de uva y la añada en rojo.







La etiqueta trasera, también blanca, muestra el nombre y el logo de la empresa elaboradora, los datos de la misma y los contenidos de alcohol (13%) y de la botella (75 cl).

Visualmente, el Gaba de Xil 2.012 presenta un color granate oscuro de capa media, con ribete amoratado. El líquido se nos presenta brillante y libre de defectos. Al agitar la copa las múltiples lágrimas tiene una caída a velocidad media en el cristal.

Olfativamente, nos presenta una intensidad media baja a copa parada, que al agitarla se convierte en un inmediato aroma a frutas rojas, con la fresa como protagonista, siguiendo notas vegetales y herbáceas y un bouquet floral típico de esta variedad. En retrogusto me pareció notar cierto matiz balsámico, con las flores blancas surgiendo con mayor fuerza que en la nariz inicial. Lo calificaría de vino con un aroma delicadamente complejo, agradable.

En boca, destaca su tacto suave y sedoso en la lengua, con taninos afinados, sensaciones bastante homogéneas en papilas y paladar, una buena longitud gracias a un agradable amargor, acidez ligera bastante bien controlada que le da un toque fresco. Me parece un vino de cuerpo ligero, con una permanencia también media.

Me parece que es un vino que funciona muy bien con carnes finamente cortadas y preparadas a la plancha: ternera, cerdo o incluso pollo.

Su precio de alrededor de 9 € está en consonancia con el producto que se nos ofrece, aunque en ese rango de precios tiene una competencia bastante fuerte en mi opinión.

Lo valoro con una puntuación de 7/10.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Summa Varietalis - 2010

Hoy tenemos un vino tinto de  Pago, con la D.O. Dominio de Valdepusa. Se trata del Summa Varietalis de la añada de 2.010.

El Dominio de Valdepusa, situado a orillas del río Pusa en el término municipal de Malpica de Tajo, provincia de Toledo, ubicada a unos 50 km al oeste de la capital de la provincia, es una singular explotación vitivinícola cuyos terrenos pertenecen a la estirpe del Marqués de Griñón desde 1.292. Consta de un total de 50 ha que incluyen 14 ha de plantación de Cabernet Sauvignon que data de 1.974, ampliadas posteriormente a partir de 1.991 con las variedades Syrah, Petit Verdot y Graciano. La casa principal y la bodega se asientan en edificios históricos del S. XVIII. En 2.002 el Estado Español concedió a esta bodega la primera D.O. de Vinos de Pago, convalidándolo la Unión Europea en 2.003, reconocimiento solo obtenido anteriormente por los míticos Domaine de la Romanée Conti (Borgoña) y Sassicaia, en la Toscana.

La producción anual del Dominio de Valdepusa es de unas 300.000 botellas anuales de vinos tintos con uvas solamente procedentes de sus viñedos propios, en los que se emplean las más avanzadas técnicas de viticultura, en los que Carlos Falcó y Fernández de Córdoba (de la estipre del Gran Capitán famoso por liderar las tropas españolas en la reconquista de Granada en 1.492) ha sido pionero en España en la introducción del riego por goteo y el Partial Root Drying (PRD), así como las espalderas Smart Dyson y el uso de dendrómetros para monitorizar el crecimiento de las vides.

Los vinos producidos por este Pago incluyen las series varietales de Cabernet Sauvignon, Syrah, Petit Verdot y Graciano (llamado AAA). Los vinos de coupage son: Eméritvs, Caliza (Syrah y Petit Verdot) y nuestro vino de hoy Summa Varietalis.


Fuente: www.bodeboca.com

En cuanto a su elaboración, el Summa Varietalis de 2.010 es un coupage de Syrah (63%); Cabernet Sauvignon (23%) y Petit Verdot (14%), con frutos recogidos a mano y macerados a temperatura controlada durante 4 a 5 semanas . Su crianza incluye en período de 12 meses en barricas nuevas y seminuevas de roble francés Allier, ubocadas en una bodega subterránea con capacidad para 2.00 barricas, con temperatura y humedad constantes por medio de equipos de acondicionamiento de aire. Su embotellado no incluye ningún proceso anterior de clarificado o filtrado.

El resultado es un vino tinto de 14% de alcohol en volumen, que se nos presenta en una botella del tipo bordelesa Imperiale, con un largo y estilizado cuello y un color verde muy oscuro.

La etiqueta frontal, negra con formato rectangular vertical, ocupa casi toda la longitud del cuerpo de la botella, muestra un signo de suma colocado entre paréntesis de color naranja, representando el nombre de la marca, que viene a querer decir, como se nos explica en la etiqueta trasera, el compendio de conocimientos de dos generaciones de la familia para producir este vino. Debajo, en un recuadro blanco, se expresa el nombre del vino ya con sus palabras correspondientes, y se muestran la añada y la mención a la D.O. a la que pertenece. A la derecha de este apartado de la etiqueta se puede observar el símbolo de la bodega, que también aparece en trazos dorados en la cápsula del cuello de la botella.


En la etiqueta trasera, que es también rectangular y con un 60% de su superficie en fondo negro y el resto en fondo blanco, se observa una pequeña explicación sobre el nombre del vino con una pequeña nota de cata en caracteres blancos, en español y en inglés, seguidos de los datos de la bodega en caracteres negros sobre el recuadro en blanco inferior.

Un producto bien presentado, que da idea de la buena calidad del contenido.

Al abrir la botella y escanciar el vino nos encontramos con un que tiene una capa muy alta, de color picota profundo con ribetes violáceos, como si de un vino muy joven se tratara, se nota la mayoritaria componente de Syrah. La superficie del líquido es brillante y límpida. Profusas lágrimas de caída lenta al agitar la copa nos anticipan que se tratará de un vino con cuerpo. En la botella quedan posos adherido al cristal lo largo del cuerpo que demuestran que no lleva filtrado ni clarificación.

A nivel aromático, se trata de un vino complejo, de intensidad media a copa parada. Nos reciben claras notas de frutos rojos muy maduros, con leves notas de frutos negros del bosque como arándanos y quizá higos negros. Le sigue una amplia variedad de notas especiadas, donde se mezclan las dulces como el regaliz o la menta, y punzantes como el clavo e incluso la pimienta negra. Todo ello con la madera de la crianza presente y perfectamente integrada y matizada con gran finura.

El retrogusto nos deja un fondo licoroso que a mi personalmente me agrada mucho, con las especias y las frutas entremezcladas y un final que evoca la mineralidad del suelo donde crecieron sus uvas.

En boca, tiene un ataque muy homogéneo en papilas y lengua, con taninos presentes, notables, golosos y de gran calidad táctil. El cuerpo lo calificaría de medio-alto, y aporta una gran longitud con un muy agradable longitud producida por un suave amargor y una buena permanencia de vino de calidad.

En suma, buen producto, con una presentación muy atractiva, no defraudará en ocasiones especiales con amigos y familiares habituados al consumo de vino, con una buena carne a la parrilla o a la piedra donde da muy buen resultado.

Su precio de alrededor de 20 € me parece correcto.

Le doy una nota alta de 8/10.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Preto - 2009

Hoy añadimos una nueva variedad de uva y Denominación de Origen al blog con este vino tinto de la D.O. Tierra de León: El Preto de la añada de 2.009, elaborado con la variedad de uva autóctona Prieto Picudo.

Este vino es elaborado por Bodegas y Viñedos La Silvera, S.L., en la localidad de Pajares de los Oteros, a casi 50 km al sur de la Capital de la Provincia: León.

El Sur de León fue desde la época romana la ruta de paso de viajeros de la Ruta de la Plata y el Camino de Santiago. Ya desde aquella época estas tierras fueron famosas por sus cereales y sus vinos, de los cuales proveían al resto de la península. Como en otras zonas de la Península, en el S. X el resurgir del viñedo viene de la mano de los monasterios. El progreso de la actividad fue creciendo hasta la llegada de la filoxera en 1.887, que supuso un parón de la actividad hasta los años '20 del S. XX. Una vez superada esa eventualidad, la vintivinicultura resurgió y continuó creciendo hasta que en 1.997 la zona obtiene el derecho de uso de la mención "Vino de la Tierra" a los viticultores, elaboradores y embotelladores pertenecientes a la Asociación Vino de la Tierra Valdevimbre-Los Oteros. En Junio del 2.000 se cambia esa mención por el nombre de Vino de la Tierra de Castilla y León , pasando a llamarse la Asociación Vino de la Tierra de León. en 2.004 la mención pasa a llamarse Vino de Calidad de Tierras de León, y se aprueba su reglamento, siendo en 2.007 cuando se reconoce la D.O. Tierra de León.

La producción de la D.O. Tierra de León alcanzó en 2.012 los 2 millones de botellas, que significaron más de 1,5 millones de litros de vino cualificados.

Las variedades de uva blanca principales son: Verdejo, Albarín Banco y Godello, siendo autorizadas también la Malvasía y Palomino, aunque esta última no se permite en nuevas plantaciones.

Las variedades tintas principales son Prieto Picudo y Mencía, siendo autorizadas las variedades Tempranillo y Garnacha.

Los rendimientos máximos que permite el Reglamento del Consejo Regulador son 7.000 kg/ha en variedades blancas en vaso y 10.000 en espaldera, reduciéndose estos valores para las tintas a 6.000 y 8.000 kg/ha respectivamente. Se limitan los rendimientos al 33% de esos valores en uvas procedentes de viñedos en su tercer año y al 75% en los de cuarto año. Asimismo, el rendimiento por kg de ubva no puede sobrepasar los 75 l por cada 100 kg de vendimia. El riego se permite antes del 31 de Julio de cada año, quedando reducido el posterior a esa fecha solo en condiciones confirmadas de déficit hídrico en la zona. Las graduaciones mínimas en los vinos que se permiten son de 10,5% vol en los vinos blancos y 11,5% vol en los tintos.

Los tipos de vino permitidos por el reglamento son: Blancos, Tintos y Rosados, y para cada uno de ellos se regula también la acidez total y volátil, el contenido en anhídrido sulfuroso y azúcares residuales. Los vinos tintos envejecidos se encuadrarán en una de estas nomenclaturas: Crianza, Reserva y Gran Reserva. Asimismo, se establecen las características organolépticas de cada tipo de vino, aunque de forma muy superficial y genérica, vale la pena comentarlo.

Por su parte, Bodegas y Viñedos La Silvera es un proyecto nacido en 2.007, de la inciciativa de tres socios: Benito Otero, José L. González Nava y Gregory Pérez, un joven enólogo francés afincado en tierras leonesas a las que aporta su experiencia en Burdeos, sobre 13 ha de viñedo a 1.000 m de altitud, con terrenos pedregosos y una bodega tradicional que poseen en Pajares de los Oteros. Siempre con la misma uva, la autóctona Prieto Picudo, elaboran también un vino rosado con el mismo nombre de marca "Preto".

Sobre la uva Prieto Picudo, con la cual se elabora este varietal, podemos decir que es una uva autóctona de la zona del Sur de León, norte de Zamora y noreste de Valladolid, y ocupa una extensión actual de unas 3.000 ha de viñedo. Es una uva "tánica", que aguanta bien la crianza y que se presta también a la realización de vinos de maceración carbónica, aunque este no es el caso del que hoy nos ocupa. Produce vinos de color picota de media con contenidos alcohólicos más bien bajos, de alrededor de 11% vol. Aromáticamente, por lo visto tiene cierto parecido con el tempranillo, con notas afrutadas y toques florales sutiles. Es habitual verla en coupage con la otra uva autóctona de la zona, la Mencía.

El Preto, de la añada de 2.009, se nos presenta en una botella borgoñesa de color caramelo, con una etiqueta principal negra con la marca en el centro dentro de una figura enzarzada, a modod e sarmientos, de color plata. En la parte de abajo, también en color plata, aparece la variedad de uva con la que está elaborado. Es una etiqueta que evoca a la de algún whisky. La etiqueta trasera, también negra, contiene el nombre del vino en grande en caracteres negros enmarcados con la silueta de la letras y nuevamente sarmientos en color blanco. A continuación aparece la variedad y la añada, que en 2.009 fue calificada como "Muy Buena" por el Consejo Regulador. Debajo de ella aparecen los datos de contacto de la Bodega y los contenidos en alcohol (13% en vol) y de la botella (75 cl).





















Pocos son los datos que he podido conseguir sobre la elaboración de este vino, salvo que su crianza en barrica, sin especificar el tipo, durante 3 meses.

Visualmente, el Preto 2.009 tiene un color granate con un brillo algo apagado, lo cual está en consonancia con la baja acidez que presenta en boca. Tiene reflejos amarronados y la capa bastante alta. De hecho, este vino tiene poco que ver con las características visuales que nos presentan sobre los caldos de la uva Prieto Picudo. Tiene el aspecto de un vino que ha tenido un tiempo de crianza bastante prolongado. Gran cantidad de lágrimas de caída ligera dan idea también del cuerpo del vino.

En nariz, lo primero que me vino a la mente fue que, efectivamente, estaba ante una variedad diferente a lo que estoy acostumbrado. Se trata de un vino de intensidad olfativa media-baja a copa parada, con una primera impresión de frutos negros muy maduros, pero muy matizados por un aroma acuerado y con bastante madera, sorprendente para un vino con tan poca crianza. Luego notas especiadas de pimientas y quizá clavo. Matices minerales y claramente distinguibles cierran un aroma que me pareció complejo y atractivo. No pude detectar los aromas florales que leí en las referencia a su variedad de uva, ni parecido específico a los varietales de Tempranillo, salvo quizá la primera impresión de frutos negros.

En boca, la impresión es de ser un vino con baja acidez (puede que de ahí su escaso brillo) por lo tanto no excesivamente fresco, con un cuerpo ligero y taninos sedosos, en contra de lo que he leído de que se trata de un "vino tánico". El ataque es homogéneo en papilas y paladar, y tiene una longitud y permanencia regulares.

Desde luego, no parece un vino que podamos pedir para acompañar carnes y platos muy condimentados, pero elegimos un arroz montañés al romero y el maridaje resultó perfecto. Supongo que con pollo y otras aves de corral también debe funcionar bastante bien.

Su precio de alrededor de 13 € lo veo más o menos ajustado al producto, aunque quizá podría funcionar mejor un poco más barato, sobre todo si lo que se desea es que el cliente repita...

Le doy una nota de 7/10.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Visita a Bodegas González Byass

Hace unos días tuve la magnífica oportunidad de ir a Jerez de la Frontera, donde pude visitar las conocidas Bodegas Tío Pepe de González Byass. Me apetece hacerle un extenso reportaje acompañado de las fotos que pude tomar durante la visita.

La Bodega ofrece diferentes tipos de recorridos, desde el básico que consiste en la vista en grupo a las principales instalaciones con una cata final de dos de sus productos, hasta los del tipo VIP, personalizados y con catas de las ediciones especiales más añejas de la bodega, así como almuerzos maridados incluidos.

Nosotros escogimos la visita en grupo con cata final de 4 vinos de la bodega, con un precio por adulto de 16 €. El tiempo de la vista fue de aproximadamente hora y media, desde el comienzo hasta el final en la bonita tienda de la Bodega.

La bodega tiene un origen muy romántico, es la historia de la pasión de un hombre que comienza a escribirse en 1.835, cuando Don Manuel María González Angel, a sus 23 años, decidió aparcar su incipiente carrera de contable para dedicarse en cuerpo y alma a su verdadera pasión: el vino de Jerez. Se comprometió a mejorar, desarrollar y extender este vino, que él consideraba especial (con muchísima razón en mi opinión) y su cultura. Tal fue dicha pasión que no solo convirtió su idea en una de las empresas más admiradas del ramo a nivel mundial, sino que supo extender su legado a las sucesivas generaciones, que hoy, en la quinta generación y casi 200 años después, siguen dirigiendo los destinos de la empresa, con más del 95% de las acciones.

La ayuda de su tío José Angel y Vargas resultó decisiva en el éxito de la aventura de Manuel María, de tal forma que decidió ponerle el nombre de su tío al primer producto estrella de la empresa: el Tío Pepe.

La visita en grupo se realiza en un pequeño tren que va recorriendo las instalaciones, comenzando por la zona del chalet que construyó para su familia rodeado de un hermoso jardín, en el cual su hijo Pedro construyó una pista de tenis y fundó la primera sociedad de tenis de España, la puerta que mandó construir Don Manuel para honrar la visita de la Reina Isabel II, y por la cual han pasado los posteriores Reyes de España desde entonces, hasta llegar los viñedos de muestra de uva Palomino que tiene en el extremo sur de la finca.




A continuación fuimos a las soleras del brandy, pasando por el antiguo y hermoso patio emparrado de Lepanto.

Allí nos explicaron como "Las Holandas" o aguardientes de vino sin envejecer, con un componente alcohólico de hasta 65º, se envejecen por el método de soleras y criaderas, que explicaré más adelante, aunque en este caso de forma aeróbica, a diferencia de los vinos finos y olorosos.
El envejecimiento en barrica que previamente a criado los vinos de Jerez es una de las características del proceso. Allí el producto se sueviza y pierde graduación hasta llegar a los 35º - 40º que suele presentar esta bebida.

Dependiendo de las características de las Holandas obtenidas, estas se dedicarán a la elaboración de los tres tipos de brandies que la D.O. Jerez establece: Solera, Solera Reserva y Solera Gran Reserva.

En esta clase de bebidas, el brandy Lepanto es el producto estrella de la casa, en particular el Lepanto Pedro Ximénez Solera Gran Reserva. Las otras marcas de la bodega son el popular Soberano y el Insuperable.

A continuación se va hacia la tonelería, al lado de un patio donde se encuentra una escultura del producto más conocido de la bodega y una de las imágenes españolas más conocidas en el mundo, la botella vestida de flamenco. Cualquiera que haya estado en Madrid, especialmente los turistas, podrán recordar este icono en lo alto de un edificio en la Puerta del Sol... "Sol de Andalucía Embotellado", que lleva allí ¡desde 1.936!



En esta zona se observa la Bodega Croft, creadora del conocido vino Pale Cream Original (muy habitual en las diferentes ferias y romerías andaluzas con su españolización "pilicrín"). La historia de esta empresa es curiosa, ya que en sus orígenes se dedicó al vino de Oporto, y desembarcó en Jerez en el año 1.970. La familia González había emparentado con los herederos de los dueños originales de la bodega, pero a pesar de ello las empresas fueron independientes hasta que en 2.001 el Grupo González Byass compró Bodegas Croft, vendió sus instalaciones originales y trasladó la producción de sus productos al recinto de Tío Pepe.

Cruzando la calle se encuentra la tonelería, donde se fabricaban las barricas o botas utilizadas para la crianza de los diferentes productos y, en el caso de los vinos de Jerez, a diferencia de los vinos tranquilos, el uso de las barricas se extiende hasta 30 años, por lo que es normal que las botas sufran múltiples reparaciones a lo largo de su vida útil. Esa es la labor fundamental de la tonelería residente de Tío Pepe en la actualidad.
















La siguiente parada es en la famosa Bodega La Concha, cuya construcción presenta evidentes evocaciones del estilo constructivo de Gustav Eiffel, su diseñador, y que también fue construida en honor a la Reina Isabel II de España. Allí se pueden observar las banderas de todas nuestras comunidades autónomas, así como las de los países a los que se exportan los vinos de González Byass.




En el Museo de la Viña, se pueden ver aperos y maquinaria de épocas anteriores de la vitivinicultura.

Una de sus paredes contiene un interesante mural de cerámica con el mapa de los viñedos de la empresa, que me llamó la atención.
















Después pudimos observar observar la bonita Bodega La Cuadrada Croft, donde se realiza la crianza del mencionado "Pilicrín". La elaboración de este vino proviene de vino Manzanilla criado "en flor", que consiste en una crianza biológica en la que la barrica se rellena dejando una zona vacía. En la superficie del líquido crece una capa de levaduras que se alimenta de parte del alcohol del vino, bajando su graduación y aportándole aromas y sabores. La "flor" que va muriendo se decanta en el fondo de la bota. A este resto de levaduras se le denomina "madre", la cual sigue aportando sabor al vino. Para aportarle su dulzor característico (entre 45 y 115 g/l de azúcar), al Pale Cream se le añade mosto concentrado.


A estas alturas del artículo creo que merece la pena hacer un inciso para explicar como funciona el método de elaboración de los vinos de Jerez: "Soleras" y "Criaderas", así como los diferentes tipos de vinos principales que se elaboran bajo este método.

Fuente: www.blogallinero.blogspot.com

Los vinos de Jerez se elaboran llevando a cabo dos tipos de crianza fundamental: la ya mencionada biológica, criado "en flor", que conservará la palidez inicial del mosto y adquirirá una estructura aromática y gustativa peculiar, y la crianza oxidativa o físico-química, es presencia de oxígeno, que dará lugar a vinos más oscuros, y que adquirirá aromas más complejos y también característicos.

La elección del proceso de elaboración en uno u otro sentido parte de una selección inicial de los caldos, y de la decisión de "encabezar" los vinos (añadirles alcohol) hasta los 15,5º o por encima de los 17º. Otro factor para esta diferenciación procede del tipo de vinificación que se realice previamente, para pasar del mosto de las uvas prensadas al vino joven que se procesará de una u otra manera.

La elaboración de mostos con la variedad de uva Palomino, dan lugar a vinos "base" con muy poco contenido en azúcar, que será el origen de todos los vinos de Jerez "generosos" de la famosa Manzanilla. Por su parte, la vinificación de otras variedades como la Pedro Ximénez o la Moscatel dará lugar a vinos con alto contenido en azúcares. Estas variedades, previamente a su prensado, se dejan pasificar, por lo que su mosto contiene una alta concentración de azúcares. Durante su fermentación, a sus mostos se les añade alcohol de vino, por lo que dicha fermentación se detiene cuando la mayoría de sus azúcares no se han transformado en alcohol. estos vinos son los que se añaden a los vinos secos para su "encabezamiento", dando lugar a vinos con diferentes grados de dulzor.

En la crianza de los vinos de Jerez, los vinos más jóvenes se encuban en las botas más altas de la disposición 3ª o 4ª Criadera, siendo ese el vino del año. Anualmente, se trasvasa cierto volumen de cada hilera de barricas a las de la siguiente fila inferior. El de las que están a ras de suelo, o soleras, se extrae para su embotellado y comercialización. De esa forma, se obtienen vinos muy estables año tras año, ya que el último contiene mezcla de las anteriores 3 ó 4 añadas.















La clasificación de los diferentes tipos de vinos de Jerez se da en función de los procesos de elaboración descritos:

1. Generosos:
  • Fino o Manzanilla: proviene de la fermentación de la uva Palomino. Se encabeza hasta los 15º para fomentar la aparición del velo de flor. La crianza se realiza durante unos 3 a 4 años por el sistema de soleras y criaderas. 
    • La "Manzanilla o Fino en Rama" (Manzanilla solo se permite llamar al vino elaborado en San Lúcar de Barrameda, con su propia Dnominación de Origen, mientras el Fino es el del resto de la Denominación), que es el vino que se embotella directamente desde la solera (vino del año) con un leve proceso de clarificación. Se puede hasta reproducir el velo de flor en la botella.
    • Manzanilla Fina o Fino: Es al que se le realiza una crianza de 3 ó 4 años.
    • Manzanilla Pasada: Se realiza un proceso de crianza más prolongado, de hasta 10 años.
  • Amontillado: Procede de los Finos, para los que se completa la primera fase de crianza biológica hasta que se muere el velo de flor, y a partir de entonces la crianza se vuelve oxidativa, lo que oscurece el vino (hasta un color ámbar) y lo dota de mayor concentración y complejidad.
  • Oloroso: El vino inicial se encabeza hasta los 17º, lo cual impide el desarrollo del velo de flor, por lo cual el desarrollo es únicamente oxidativo. Esto da lugar a un vino de color entre ámbar y caoba, más concentrado,  debido a la pérdida de agua a través de las botas durante el proceso de crianza, y también con mayor estructura y complejidad. Personalmente son mis favoritos de entre las diferentes clasificaciones de Jerez.
  • Palo Cortado: Este vino, de color oscuro, entre tonos castaños y caobas, se denomina así porque las botas que lo contienen tradicionalmente se marcan con una raya horizontal cortando la raya oblicua con que inicialmente se marcas los vinos extremadamente finos, a los que posteriormente se les detectan las características que lo convertirán en este vino que conjuga la delicadeza aromática del amontillado con la corpulencia en el paladar del denominado "oloroso".
2. Generosos de licor: tienen contenido en azúcares por encima de los 5 g/l.
  • Pale Cream: según se explicó en los párrafos referentes a la bodega Croft.  
  • Medium: Posee una crianza oxidativa, además de la inicial biológica, que le aporta su color ámbar a castaño oscuro, y un contenido en azúcar de entre 45 y 115 g/l.
  • Cream: color castaño oscuro a caoba, procede de vinos generosos con crianza oxidativa y aportación de mostos concentrados con el resultado de un contenido de azúcar entre los 115 y 140 g/l.
3. Dulces Naturales: elaborados con uvas de la variedad Pedro Ximénez o Moscatel.
  • Pedro Ximénez: Color muy oscuro, casi ébano, proviene de las uvas de la mencionada variedad muy pasificadas. Su contenido en azúcar queda muy alto, entre 180 y 500 g/l, y su crianza es meramente oxidativa.  
  • Moscatel: Color castaño intenso a caoba, proviene de las uvas de esa variedad pasificadas por el método del "soleo". El proceso es muy similar al de la otra variedad.

Lo siguiente es la Bodega Los Apóstoles. En esta bodega se encuentran las botas que el fundador de la bodega colocó cuando ordenó construirla en 1.857 para la visita de la Reina Isabel II en 1.862, cada una con el nombre de un apóstol, excepto el de Judas, que fue sustituido por el de Matías. La bota central (El Cristo) tiene un volumen de 16.500 litros, equivalente a 33 botas, la edad de Jesucristo al morir. Para la visita de la Reina, y a petición de esta, el Sr. González ordenó realizar una pisa en su honor, por lo que adquirió todas las uvas de cuelga (el excedente que se coloca colgado de los emparrados a modo de adorno) de los viticultores de la zona, dado que la pisa de la vendimia del año ya había sido realizada, llenando con el producto de la misma el enorme tonel.


Aquí se cría el "Palo Cortado" Apóstoles, y se realizan, durante todo el año, importantes eventos con cenas de gala y actuaciones de importantes artistas.


En esta bodega se encuentran también expuestas barricas originales de las primeras vinificaciones de la bodega, y de las que se dice que tienen más de 400 años de antigüedad.





También visitamos la bodega Los Reyes, donde las botas principales tienen una distribución triangular, y presentan las firmas de los Reyes y Príncipes de España que visitaron la Empresa, además de los miembros destacados de las Casas Reales.


De hecho, no solo la realeza ha dejado su firma en las barricas de González Byass. Me resultó muy llamativa la cantidad de personajes, tanto nacionales como internacionales, que han autografiado las tapas de las botas a lo largo de la hitoria de la bodega: Juan de La Cierva, Lola Flores, Antonio Gala, Fernando Alonso, Rafael Alberti, Picasso, Orson Welles, Steven Spielberg. Da la impresión de que casi todos los personajes importantes de la historia moderna han dejado su huella...


La visita prosigue cruzando las preciosas calles emparradas hacia la primera bodega que construyó el fundador, en 1.855: La Constancia. En ella se encuentra la sala de muestras original, donde se conservaban botellas que contenían muestras de los caldos que se comercializaban en Gran Bretaña durante los primeros años de la bodega.





La calle de Los Ciegos, dentro del recinto de la bodega, ha sido varias veces considerada entre las más bonitas del mundo por diferentes publicaciones.

















Posteriormente, se visualiza una recreación de la fundación y orígenes de la bodega, muy entretenida y bien realizada.


Una vez finalizada la visita, pasamos al recinto de la Gran Bodega Tío Pepe. Es una inmensa nave con cuatro cúpulas de hormigón de más de 40 m de diámetro, y tiene 3 plantas con una capacidad de 30.000 botas dedicadas a la crianza exclusiva del Tío Pepe. Fue diseñada y construida en 1.963 por el eminente arquitecto Don Eduardo Torroja, uno de los máximos especialistas de las construcciones de hormigón en su tiempo. Allí se encuentra la zona de degustación de vinos, donde pudimos probar el Fino Tío Pepe, el Pale Cream Original de Croft, el Oloroso Alfonso y el Solera 1.847, un buen recorrido a través de las principales familias de productos de la bodega. De ellos, el que más me gustó fue el oloroso, al cual dedicaré pronto una entrada del blog.

Finalmente, la visita acaba, como es normal, en la tienda de la bodega. Allí tienen todas las marcas de la casa, e incluso productos de sus otras bodegas, de las cuales hablaremos en un artículo posterior.

En suma, resulta un agradable e interesante paseo con un precio asequible, que recomiendo realizar a cualquiera que se acerque por la zona.