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sábado, 26 de noviembre de 2016

Finca Teira - 2015

Voy a permitirme la 'frivolidad' de inaugurar la D.O. Ribeiro en el blog con un vino tinto, en vez de un blanco, que sería lo normal. Y lo hago con un producto de Adega Manuel Formigo, que me ha llamado la atención por su buena calidad en una zona de clara del vino blanco que da nombre a esta D.O.

La D.O. Ribeiro está localizada en el borde noroccidental de la Provincia de Ourense, en la Comunidad de Galicia, en las confluencias de los valles de los ríos Miño, Avia y Arnoia. Contiene unas 2.800 ha de viñedo, más de 6.000 viticultores y más de 100 bodegas en 14 municipios entre los que destaca el de la propia capital de la Provincia. Posee un clima de transición atlántico-mediterráneo, con un índice pluviométrico alto, pero con la característica de que en los 3 meses de maduración del fruto de la vid este cae en picado. El suelo es fundamentalmente de origen granítico con bajo nivel de materia orgánica, lo cual favorece también la calidad de las uvas. Un 85% de su producción es de vino blanco, un 10% de vino tinto y un 5% del total de casi 20 millones de litros al año de producción corresponden a vinos tostados (vino naturalmente dulce proveniente de uvas pasificadas a cubierto), que son los únicos tipos protegidos por la D.O.

El cultivo de la vid supone la principal fuente de riqueza de la zona. Se conoce documentalmente que en el S. II antes de Cristo ya se elaboraban vinos de Ribeiro. El paso de los romanos favoreció, como en tantos otros sitios, la viticultura, y también hay que darles crédito a los monjes del Císter que se asentaron en San Clodio, así como a los del Monasterio de Oseira, que se dedicaron al estudio de las variedades autóctonas. El esplendor de la zona llegó en los S. XV y XVI, cuando el vino de la zona se exportaba al resto de España, a Francia, Portugal, Italia y, en especial, a Gran Bretaña, así como al Nuevo Continente recientemente 'descubierto' y colonizado. En 1.850 la plaga del oídium hizo mella en el viñedo del Ribeiro, uniéndose también el mildiu y la filoxera en 1.892. Las variedades autóctonas empezaron entonces a dar paso a variedades de menor categoría pero más sufridas, y a raíz de ello el viñedo perdió parte de su protagonismo y favoreció la endémica emigración de la población de la zona.

Actualmente el Ribeiro resurge apostando de nuevo por las variedades nativas, gracias a programas de reconversión del viñedo y la implantación de la tecnología vitivinícola moderna.

El Consejo Regulador tiene su origen en las ordenanzas Municipales de Ribadavia de 1.594, y se establece la D.O. Ribeiro en 1.933, siendo aprobado su primer reglamento en 1.957. Tiene su sede sede en la población de Ribadavia, a 30 km al oeste de la capital de la Provincia.

El Reglamento establece, como variedades autorizadas las siguientes:

- Blancas: Treixadura, Palomino, Torrontés, Godello, Macabeo, Albillo, Loureira y Albariño. La Treixadura se establece como variedad preferente.

- Tintas: Caíño tinto, Caíño Bravo, Caíño Longo, Garnacha Tintorera, Ferrón, Sousón, Mencía; Tempranillo y Bracellao, siendo los Caíños las variedades preferentes.

Fuente: www.cenllemovese.es.tl

Las prácticas de cultivo permiten una densidad máxima por ha de 7.000 cepas y 300 quintales métricos de uva/ha. En las parcelas destinadas a la producción de vinos tostados la densidad de producción máxima puede aumentar hasta las 12.000 kg/ha. Las presiones de obtención de mostos permitirán un rendimiento no superior a los 70 l por cada 100 kg de uva.las características permitidas en los vinos incluyen el %volumen de alcohol, la acidez total, los azúcares residuales y la acidez volátil para cada tipo de vino.

La Adega Manuel Formigo, ubicada a solo 6 km al norte de Ribadavia, procede de la estrecha relación que la familia Formigo de la Fuente mantiene desde hace varias generaciones con el vino de la Región. Después de formar parte durante las dos últimas décadas de una bodega de corte industrial, decidieron fundar en 2.006 una nueva bodega de colleiteiro, como se denomina en la región a aquellas instaalaciones en las que el propietario se encarga de todo el ciclo de la producción hasta la comercialización, únicamente utilizando uva de su propia cosecha. Estamos, por lo tanto, hablando de vinos de Autor o de Terroir tan de moda últimamente. De hecho, la bodega se sitúa en la antigua casa familiar, de más de 200 años de antigüedad. En dicha casa cuentan con modestas pero modernas y completas instalaciones para la fermentación, con depósitos de acero inoxidable con control automático de temperatura, prensa neumática, línea de embotellado y hasta su propio laboratorio. La dirección de la empresa se encuentra a cargo de los enólogos María del Carmen de la Fuente y Agustín Formigo.

Fuente: www.wine-times.com

Sus vinos se producen con uvas cosechadas en las fincas Miñoteira (1,5 ha de variedades fundamentalmente blancas entre las que destaca Treixadura con cepas de más de 30 años), Portela (un poco más pequeña que la anterior, con variedades blancas con edad de 15 años), Pousos (0,7 ha de reciente plantación - 5 años - destinada a los vinos tintos con variedades como Caíño, Tinttilla, Ferrol, Sousón o Brancellao), y otras más pequeñas de pequeño tamaño esparcidas por el municipio de Beade (Pereiro, Barbaña, Badengua, Barcas y Rebodego).

Los vinos que actualmente elabora y comercializa la bodega son:

- Formigo Blanco: producción de 7.000 litros de Treixadura, Palomino fino, Godello, Torrontés, Albariño y Loureira.

- Finca Teira Blanco: 10.000 l de Treixadura (65%), Godello (20%) y Torrontés (15%)

- Teira X Blanco: 3.000 l de Treixadura (605), Alvilla (15%), Albariño (15%) y Loureira (10%)

- Finca Teira Tinto: 2.500 l de Sousón (40%), Caíño Longo (30%), Brancellao (15%) y Garnacha (15%).

Parte pues, nuestro vino de hoy, de un interesante coupage de variedades tintas mayoritariamente locales.

Hablemos un poco de la variedad Sousón, mayoritaria en nuestro vino. Es una de las uvas tintas autóctonas en auge en Ribeiro, actualmente la de producción mayoritaria. Tiene un gran potencial polifenólico y coloración intensa, sus vinos pueden alcanzar altas graduaciones de entre 12,5 y 14%, con una excelente acidez total de 6 - 8 g/l. Aromáticamente destacan la presencia de frutos negros como la mora y el cassis y florales, de intensidad moderada. Se complementa aromáticamente con otras variedades de la zona y posee excelente aptitud para su crianza en madera. ¿Estarán estas características presentes en el Finca Teira? Lo veremos en los siguientes párrafos...

Por su parte, el Caíño Longo es la segunda variedad tinta en producción en Ribeiro. Alcanza graduacionesde 12% y una excelente acidez de 6 g/l. Proporciona, en combinación con otros vinos de mayor estructura, marcados tonos frutales y florales.

El finca Teira tinto se elabora con las variedades antes mencionadas, en su mayoría procedentes de la finca Pousos y una parte de la finca Miñoteira, que se recogen en vendimia manual con selección de racimos en la misma cepa, con transporte de corta duración (5 minutos) a granel en tractores con carga de menos de 1.500 kg para mantener la integridad de la uva. El encubado de la uva estrujada con dos remosntados diarios aireados al principio de la fermentación, para realizarlos posteriormente en cerrado. Desencubado a una densidad de 1020 para terminar la fermentación sin bagazo (hollejos).

El vino se presenta comercialmente en una botella bordelesa con el cuello más delgado de lo habitual, con una etiqueta principal blanca, casi cuadrada y no muy grande, que en la parte superior izquierda contiene el nombre de la Bodega (destacadas sus iniciales con caracteres rojos) y la palabra gallega colleteiro (palabra gallega que significa cultivador). En la parte central se observa el nombre del vino, con la palabra Teira destacada en rojo. En la parte baja aparece la mención a la D.O. a la que pertenece. En la esquina inferior derecha aparece una hormiga roja, en referencia a la traducción al español del término gallego 'formiga'.

La etiqueta trasera, también blanca pero rectangular, nos muestra en la parte superior el nombre y tipo del vino. En la zona central aparece un párrafo en gallego que nos habla de las variedades con las que está elaborado y las fincas de las que proceden, para terminar con los datos dela bodega en la parte baja, y los contenidos de alcohol de 12% y de la botella en las dos esquinas inferiores de la etiqueta.

Visualmente, presenta un color picota muy oscuro, brillante y sin defectos, de capa muy alta y marcado tinte violáceo. tiene un ribete muy breve que desemboca en un granate violáceo muy marcado. La agitación de la copa da como resultado la aparición de múltiples lágrimas con caída más bien rápida por la pared de la copa.
Aromáticamente, se trata de un vino de intensidad media a copa parada, que despliega un notable aroma predominante de frutos rojos silvestres bastante maduros en cuanto se agita un poco. En esta fase se corresponde perfectamente con lo esperable de un vino joven. Tiene también un marcado acento vegetal, en el que el pimiento está presente, y claras notas especiadas de pimienta y clavo. Al fondo se descubre un toque ligeramente floral.

En boca, se trata de un vino homogéneo, con buena acidez, taninos bastante aterciopelados, dulces y con un tacto muy agradable. Tiene un cuerpo medio, y resulta fresco. Una cierta longitud y permanencia suficiente.

Me parece adecuado para combinar con tapas más o menos elaboradas, arroces melosos e incluso para un agradable chateo. Lo veo un vino con la sencillez frutal y con alta identificación al terreno que está de moda en nuestros días.

Su precio de alrededor de 8,5 € está dentro de lo aceptable en un vino de pequeña producción y para la calidad que nos ofrece.

Su buena presentación y más que aceptable calidad lo hacen merecedor de una calificación de 7/10.

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