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sábado, 3 de febrero de 2018

Angeles de Amaren - 2010

Hoy nos vamos a La Rioja Alavesa con un vino tinto de Bodegas Amaren: el Angeles de Amaren, cosecha de 2.010. ¡Gracias por la botella, Angel!

Sobre la D.O. Ca. Rioja ya hemos hablado con anterioridad en la entrada del Marqués de Riscal Reserva, a unos 27 km al oeste de Logroño, y a unos 60 km al sur de Vitoria, la capital de la Provincia de Alava, muy cerca de las estribaciones de la Sierra de Cantabria, desde cuyo balcón se pueden observar pueblos tradicionales de la cultura vitinícola de la zona, como Elciego, Laguardia y Villabuena de Alava, que es donde se encuentra la bodega.

Los orígenes de la Bodega se remontan a la Bodega Familiar de Luis Cañas, con más de dos siglos de historia. Sin embargo, fue en 1.970 cuando Luis Cañas comercializó vinos embotellados, que había vendido a granel hasta entonces. En 1.989, su único hijo, Juan Luis, toma las riendas de la bodega, potenciando la elaboración de vinos con crianza y empieza a trabajar en lo que sería la bodega moderna, que estrena en 1.994. All nace, en 1.995, el vino Amaren, que significa 'de la madre' en euskera, en homenaje a su madre Angeles.

El proyecto fue más allá, con la creación de la Bodega Amaren en 2.009, en la localidad comenzando con dos vinos: nuestro vino de hoy, el Angeles de Amaren, y el blanco fermentado en barrica.

La filosofía de la Bodega es la 'búsqueda de la perfección en todos los campos: el viñedo, la selección, la elaboración y la crianza para que los vinos emocionen y hagan disfrutar' a los clientes.

Bodegas Amaren posee 22 ha de viñas de más de 60 años y 30 ha de entre 30 y 60 años, algunas zonas con cepas de edad media superior a 100 años, ubicadas principalmente en laderas y terrazas, sobre tierra pobre, ideal para conseguir uvas de la máxima calidad.

Fuente: www.bodegasamaren.com

Paarte de los dos vinos mencionados, la Bodega elabora un tinto de Crianza de Tempranillo y Garnacha, un Reserva de Tempranillo, y un varietal de Graciano de viñedos de más de 60 años.

Nuestro vino de hoy, el Angeles de Amaren, es considerado un vino de autor, elaborado con un 85% de uvas de la variedad Tempranillo, y un 15% de la variedad Graciano. Por lo tanto, este vino difiere un poco de los coupages más tardicionales de Rioja: en los que la mezcla de Tempranillo, Graciano, Mazuelo y Garnacha.

Para su elaboración se utilizan uvas procedentes de parcelas con una densidad de plantación de 4500 kg/ha, edad media de 50 años. Tras una doble selección en mesa de racimos y bayas, se extrae el mosto que se fermenta en barricas de acero inoxidable, pasando posteriormente a la fermentación maloláctica en barricas nuevas, mitad de roble francés y la otra mitad en americano), para luego pasar a la crianza durante 16 meses. El embotellado se realizó, para esta añada de 2.010, en Julio de 2.013, es decir, aproximadamente 36 meses después de la vendimia, lo cual nos indica que la afinación en botella antes de su salida al mercado rondó el año.

La comercialización del vino se realiza en botellas Bordelesas Imperiale (tronco-cónicas) de color caramelo oscuro. La etiqueta frontal, también tronco-cónica y alargada, de color blanco, acentúa la elegancia de la presentación. en la parte superior de la etiqueta se observa la mención a la d.O. Rioja, seguida del nombre del vino en dos tipos de caracteres: manuscrito para el nombre de la madre de Juan Luis Cañas, y uno más tipográfico para el nombre de la Bodega. Le sigue, en letras amarillas, las variedades de las que está compuesto, y nuevamente en negro la añada. La mitad inferior de la etiquetacontiene el logo de la misma en amarillo, sobre puesto al nombre y la localización, en caracteres manuscritos negros. Esa parte de la etiqueta está salpicada de puntos en sobrerrelieve, ligeramente brillantes, que le da un tacto muy agradable e impresión de cuidado y calidad en el diseño.

La etiqueta trasera es también blanca, esta vez rectangular y bastante alargada, y la parte superior repite la estructura e información de la frontal. En la parte central se da información sobre el vino: tipo de uvas y proporciones, cantidad de botellas de la añada (73.00 unidades), fecha de embotellado y temperatura de servicio, seguidas de los datos de la bodega, terminando en la dedicatoria de Juan Luis Cañas a su madre. En la parte inferior derecha se pueden observar el volumen de la botella (75 cl) y el contenido de alcohol del vino (14,5%).

Una vez servido en la copa, el vino presenta un precioso color granate, brillante, sin defectos aparentes,  y una capa media alta. Su degradación en el ribete es hacia el color de la fresa madura. La agitación de la copa produce la creación de lágrimas más bien separadas, de caída a velocidad media por el cristal.

Olfativamente parte de una intensidad media a copa parada, y al agitarla proporciona inmediatamente un agradable aroma a frutos rojos dulces y maduros, donde destacaría la fresa y la frambuesa, seguido de un marcado acento especiado, de condimentos mediterráneos (Juan Luis Cañas destaca el laurel, romero y clavo, aunque yo no llego a tanto detalle), así como un toque de regaliz negro muy agradable. Estos aromas secundarios se potencian en el retrogusto. La madera, en mi opinión, no aporta presencia muy notable, por lo que me dio la impresión más cercana a un vino joven que lo que su larga crianza podría indicar. Lo que si podría resaltar es que no me parece el típico vino de Rioja, algo que también indica el dueño de la bodega en el videoclip que se puede ver en su página web

En boca, se trata de un vino ligeramente untuoso, de cuerpo medio, bastante homogéneo en las papilas gustativas, con taninos con cierto brío (lo cual aumenta esa impresión de vino joven y moderno) pero dulces y agradables. Tanto longitud como permanencia se pueden considerar más que aceptables.

Yo opino, como los representantes de la bodega, que es un vino adecuado para guisos y pescados grasos como el bacalao y rodaballo, y añadiría arroces, especialmente los melosos. Lo probé con chocolate negro, y allí no me pareció tan apreciable como desde la bodega nos indican.

Se trata de un vino recomendable para los que quieran probar un Rioja atípico, a un precio aceptable para sus 'prestaciones' de unos 17 € por botella.

Le doy un 7/10 de valoración.

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